En esta era necesitamos mayor control, visibilidad e indicadores para todo lo que hagamos, que nos permitan medir nuestras campañas y estrategias, para saber qué mejorar, qué eliminar o qué ajustar, así como para conocer qué tanto están redituando nuestras acciones e inversiones. Por eso es imprescindible generar objetivos SMART o inteligentes.
Todo en nuestra vida laboral, personal, familiar, social, puede ser medible y así debe ser para tener claro hacia dónde vamos, bien dice la máxima que todo lo que no se puede medir no se puede mejorar. Así que no basta con plantearse un objetivo, sino hacer de este algo que guíe las acciones en una forma y tiempo que permita lograrlo, sobre todo saber que se ha logrado y no dejarlo a la percepción o a los supuestos.
Por ejemplo, en lo personal puedes tener el objetivo de bajar de peso, pero si este se queda así es muy vago porque no sabes cuándo lo harás, cómo, cuántos kilos bajarás, etc; si no sabes esto no tienes claridad en tu objetivo. En un aspecto familiar puedes decir “este año sí nos vamos de vacaciones al extranjero”, es un objetivo loable que puede impulsarte, pero queda indefinido porque no estableces a qué país, qué requieres para ello.
Así, en cualquier ámbito los objetivos vagos son más bien buenas intenciones que por lo general no se llevan a cabo precisamente porque no se han delimitado, terminan postergándose o no sabes ni qué acciones puedes realizar.
De ahí la importancia de que sea un objetivo SMART. Y esto es esencial para el mundo de la comunicación y el marketing, ya que todo esfuerzo, acción e inversión debe estar orientado de manera estratégica hacia cumplir un fin.
Por qué son inteligentes
Este constructo se desarrolló por las siglas de las siguientes palabras que en inglés forman “smart” (inteligente) y sirvió para delimitar de tal forma los objetivos que sí se puedan realizar.
Specific (específico): Tienes que ser muy concreto, específico, directo, para no divagar; mientras más específicos sean en tus objetivos mayor claridad tendrás y más rápido y fácil los lograrás.
Measurable (medible): Tienes que establecer un KPI o indicador, saber qué quieres lograr concretamente con una cifra, porcentaje o dato que te dé un parámetro de lo que requieres para poder alcanzarlo.
Attainable (alcanzable): Ver todos los factores que influyen para saber que se puede alcanzar, ser realista.
Relevant (relevante): Por qué lo quieres hacer, qué interés e impulso tienes. Deben ser relevantes en tu funcionamiento, en tu actividad y negocio. Todo objetivo debe hacer un cambio positivo en el ámbito en que lo hayas impuesto, si no, sería ocioso tratar de hacer algo.
Timely (a tiempo): Debe tener una temporalidad, un lapso o periodo, que ayude a alcanzarlo y saber que ya se llegó a la meta.
Cómo construir tus objetivos
Cuando puedes responder qué quiero, cuánto o en qué cantidad, cómo llegaré a tenerlo y cuándo, delimitas tu objetivo. Sigamos con el ejemplo del peso para construir ese deseo de “bajar de peso” a SMART:
- Qué quiero: bajar de peso.
- Por qué: el médico lo señala, porque me quiero ver mejor, porque siento que subí.
- Cuánto: 10 kilos. (Porque el médico o nutriólogo así lo indicó).
- Cómo: haciendo dieta balanceada y ejercicio.
- Cuándo: 5 meses.
Piensa si es algo específico, si ya es medible, si es relevante (te hará sentir mejor, tendrás mejor salud), y si es alcanzable porque podrías querer bajar esos 10 kilos en dos semanas y esto sería irreal, no habría acción o estrategia que te lleve a cumplir eso.
Al final redactas tu objetivo SMART: Bajar de peso 10 kilos en 5 meses, mediante dieta balanceada y ejercicio cada dos días.
Ese es el proceso para construir un objetivo inteligente, te haces esas preguntas, verificas que cumpla con lo específico, medible, alcanzable, relevante y que tenga un tiempo y haces una redacción directa para que ya lo tengas y sea la guía de tus acciones. Si no cumple con esos parámetros o no puedes responder qué quieres, cuánto, cómo, cuándo y por qué no estará delimitado y puedes perder el rumbo.
Para tus campañas de marketing se usa el mismo criterio, muchas veces decimos “mi objetivo es vender más”, eso no nos indica nada porque en realidad todos quieren llegar a ese fin, no es concreto y si generas acciones para tratar de lograr una “intención” tendrás desperdicio de tiempo, esfuerzo y dinero. Debes pensar qué te hace falta para vender más, quizá contar con una base de datos mejor calificada y más amplia, entonces ya podrías irte por ese camino.
- Qué quiero: ampliar mi base de datos.
- Cuánto la quiero ampliar: hay que poner una cifra con base en la operación de tu negocio, digamos, un 20%.
- Por qué la quiero ampliar: porque necesito más clientes potenciales.
- Cómo lo haré: ofreciendo un ebook gratuito sobre un temas que le interese a mi audiencia, en el que para descargarlo nos proporcionen sus datos.
- Cuándo lo haré: durante los próximos 3 meses.
Cumple con ser específico, es medible, tiene relevancia para mi negocio, es alcanzable si hace una campaña al respecto y tiene un lapso de tiempo para lograrlo. Entonces ya es SMART y podría quedar así:
Ampliar mi base de datos en un 20% a través de una campaña de descarga de ebook, durante los próximos 3 meses.
Recuerda que puedes tener muchos objetivos SMART, de acuerdo al número de campañas y estrategias que estés impulsando, por igual habrá niveles de estos objetivos porque el mayor será el de ventas, pero para llegar a esto tienes una serie de acciones que cada una representará un objetivo. Asimismo, son perfeccionables, ya que si se dio el lapso de tiempo y no se cumplió puedes ajustar o ir viendo por mes los indicadores que te dirán si alcanzarás la meta o no para modificar las estrategias en la marcha.