El mundo del hombre no posee el carácter específico de lo simbólico, sino que se revela más bien como un mundo de signos; disminuye el interés por el contenido aislado para centrarse en aspectos sintéticos y semánticos.
Ya Lévi-Strauss, hablando de las sociedades, y Lacan del inconsciente, señalaron que el sentido probablemente no es más que un efecto de superficie, como una espuma; que lo que más profundamente nos penetra, lo que existe antes que nosotros, lo que nos sostiene en el tiempo y en el espacio es precisamente el sistema.
Para el análisis estructuralista de los géneros la noción de un orden de los elementos que los forman, de reglas (técnica para realizarlos) y de sistema es fundamental, porque así precisa su argumentación (claridad), elementos ordenados, con reglas específicas, conjugados, no sumandos, relacionados íntimamente entre sí para sostener una estructura, en este caso una estructura periodística.
Estructuras de los textos
El hombre estructural toma en sus manos la realidad dada, la descompone y la vuelve a recomponer, así sucede con una imagen y su mensaje; el receptor toma al género periodístico, la divide en sus elementos y los recompone con su interpretación motivada por experiencias previas y representaciones, obteniendo un mensaje como un todo.
Una estructura es la traducción de un conjunto de relaciones entre elementos o procesos elementales. Pero también se verá influida por el contexto, es decir, las condiciones del receptor y el entorno propio que rodea a la imagen, en este caso, el medio donde se emite, la intención.
La información debe ser tratada con un orden, en el periódico la realidad se reconstruye, los datos en manos del reportero no son arrojados tal como los investiga, sino existe un procedimiento, de acuerdo al género requerido para realizar un texto periodístico.
Elementos o bloques que forman un relato
La estructura es la base que distingue a un género periodístico de otro; tomando la metáfora de Pedro Orive la estructura se entiende como “la distribución y orden de un edificio, dependiendo del edificio que queramos hacer se sigue una técnica que ordenará su estructura”.
Un edificio deberá tener sus diferentes bloques, así un texto periodístico, se distinguen tres pisos generales: la entrada, el cuerpo y el remate; pero en estos puede haber otras divisiones.
Sin embargo toda estructura implica una invención, su naturaleza no es estática, el movimiento de la misma producirá nuevas estructuras, es un proceso, un círculo de la construcción de estructuras informativas –según Orive Riva-. De ahí que las estructuras en los géneros periodísticos estén sujetas a cambios, no se pueden mantener fijas por mucho tiempo, porque la materia prima del periodismo, es decir, la información, está en un flujo constante y es cambiante, así como la sociedad en la cual se produce.
La relación de jerarquía no siempre será la suma de proposiciones y clasificación de sus elementos que entran en la composición del relato (nivel descriptivo), ningún nivel por sí solo da un sentido. El relato es un todo que debe ser estudiado en su conjunto como estructura, no como suma de partes.
Roland Barthes
Para realizar un análisis estructural –señala Barthes- hay que distinguir varias instancias de descripción (fonética, fonológico, gramatical, contextual) y colocar estas instancias en una perspectiva jerárquica (integradora).
En los textos periodísticos es precisamente la jerarquización el punto de partida para estructurarlos, la técnica del periodista inicia con la adecuada jerarquización de los datos para dotar un orden a los elementos de su estructura.
El relato como objeto es lo que se juega en una comunicación: hay un dador del relato y un destinatario del relato. El dador es el autor (periodista), en un nivel narracional, en el cual se tratan los signos de la narratividad, conjunto de operadores que reintegran funciones y acciones en la comunicación narrativa articulada sobre su dador y destinatario.
Las superestructuras permanecen
Jules Gritti en su ensayo “Un relato de prensa: los últimos días de un ‘gran hombre’ ”, en el cual realiza un análisis estructural de una noticia, dice que un acontecimiento es un relato, lo vivido se transforma en representado y lo dado en el acontecimiento es aprehendido según las <<categorías del relato>>.
La segmentación de secuencias revela la escritura narrativa de cada periódico, la estructura está en función del contenido. El relato de prensa –en especial los diarios- se caracteriza por una suerte de juego meta-narrativo, el de las relaciones entre narrador y fuentes informativas. Este juego depende a la vez de dos funciones asignadas al lenguaje por Roman Jackobson: la función metalingüística o desciframiento y la función referencial o recurso al contexto, a la <<realidad>>.
Los postulados de Teun A. Van Dijk acerca de las estructuras del discurso nos ayudan al análisis de los géneros periodísticos. Una gramática del texto es una gramática definida en términos de la clase de objeto que debería describir de manera explícita, esto es, el “texto”.
Una secuencia de oraciones se considera coherente si estas oraciones satisfacen ciertas relaciones semánticas. La coherencia de la que habla Van Dijk en el periodismo será la característica primordial de su estilo: la claridad.
La semántica lingüística clásica tiene que ver con los significados de expresiones verbales. Los significados también llamados intenciones, son estructuras conceptuales atribuidas a palabras (morfemas), grupos de palabras, cláusulas y oraciones. Lo cual nos lleva a una semántica intencional de los textos, la cual dará cuenta de las relaciones entre oraciones de secuencia. La coherencia no es únicamente intencional, depende de referentes de expresiones (denotada o extensiones), es decir, una semántica referencial. Además, está la semántica cognoscitiva, marcos de conocimiento del uso del lenguaje: proposiciones de conocimiento.
Todo texto tiene una composición global, por lo tanto, tienen un sentido global, este será el tema. Después de leer un texto no nos referimos al sentido de las oraciones individuales, sino al del discurso como un todo o de fragmentos más o menos grandes.
El tema se hará explícito en términos de un cierto tipo de estructura semántica. Van Dijk distingue que hay una macroestructura semántica, reconstrucción teórica de nociones como tema o asunto del discurso; la microestructura es la estructura local de un discurso, es decir, la estructura de las oraciones y las relaciones de conexión y de coherencia entre ellas.
En este sentido, para la elaboración de un texto se requieren de macrorreglas, con las cuales se organizarán los elementos, éstas son: la de supresión, dada la secuencia de proposiciones, se suprimen todas las que no sean presuposiciones de las proposiciones subsiguientes de la secuencia; la generalización, dada la secuencia de proposiciones, se hace una proposición que contenga un concepto derivado de los conceptos de la secuencia de preposición y la proposición así construida sustituye a la secuencia original; y la construcción, dada la secuencia de proposiciones, se hace una proposición que denote el mismo hecho denotado por la totalidad de la secuencia de preposición, y se sustituye la secuencia original por la nueva proposición (marcos de conocimiento).
Van Dijk pone el ejemplo de un cuento, el cual a parte de las varias estructuras textuales, tiene además una superestructura, es decir, una estructura esquemática, una forma global del discurso que define la ordenación global de un discurso y las relaciones (jerárquicas) de sus respectivos fragmentos.
Así como el cuento de un texto puede tener varias estructuras textuales, los géneros periodísticos también, ya se ha visto que los autores sobre la teoría del periodismo coinciden en que los textos dependerán del estilo del periodista, sin embargo, la esencia debe permanecer, es decir, la superestructura debe estar presente, aquello que distingue a una nota de una entrevista o un reportaje. Esas superestructuras y el orden de sus elementos globales serán los criterios para comparar un texto de otro.
Géneros periodísticos como estructuras
En los géneros periodísticos se distingue un orden básico de categorías que todo periodista lleva a cabo de acuerdo a las reglas de formación, es decir, la entrada, segundo párrafo, el cuerpo y el remate. Esta composición será abstracta, todavía no dice nada sobre el contenido de la nota, entrevista o reportaje, pero prepara al lector.
La superestructura sólo organiza el texto por medio de su macroestructura, el contenido de las categorías superestructuras debe consistir en macroestructura. Mientras la macroestructura organiza únicamente el contenido global del discurso, una superestructura esquemática ordenará las macroposiciones y determinará si el discurso es o no completo, así como qué información es necesaria para llenar las respectivas categorías.
Los efectos y las funciones sociales del discurso en la comunicación dependen de los distintos procesos empleados en la comprensión del discurso, Van Dijk habla de los usos de la memoria de corto y largo plazo, un lector común retiene en memoria de corto plazo lo leído, pasará a la de largo plazo si la información del texto se relaciona con sus actividades diarias o si tiene referentes que logren almacenarlo.
Para el lector es más fácil recordar textos con regularidades, es decir, bien estructurados. En el periodismo es primordial estructurar bien los géneros para que el lector se informe sin saltos, con claridad, rápido y en primer orden lo más importante del suceso. El lector de prensa escrita, de los diarios, realiza consciente o inconscientemente estrategias para decodificar los textos que se les presentan.
Sin embargo, habría que distinguir que no todos los integrantes de un auditorio o público son ávidos de la lectura, aquel que está acostumbrado a leer ejecuta un proceso cognitivo que exige más de los textos; un sujeto que no encuentra gusto en la lectura requiere de textos muy simplificados y –probablemente- a la mitad de estos ya dejó de leer. De aquí que el periodismo tenga entre las cualidades de su estilo la sencillez, para que todo individuo que abra un diario pueda informarse.
Bloques de HECHOS
La estructura de la información textual en la memoria de largo plazo es la estructura que se le asigna al discurso durante su comprensión en la memoria de corto plazo. Se deduce que la información textual se reproduce primero por medio de proposiciones organizadas en HECHOS.
Estos hechos están conectados linealmente por relaciones condicionales, mientras que sus participantes pueden ser vinculados por medio de la identidad. Así que toda la estructura del HECHO está dominada por una macroestructura jerárquicamente organizada.
Si también el discurso tiene una superestructura convencional, como la de un cuento, entonces la macroestructura puede también ser organizada según un esquema superestructural jerárquico. Entonces, vemos que la información que entra, una vez que se traduce en proposiciones, se le asignan muchas estructuras en varios niveles y que esta es la manera en que la información es almacenada en la Memoria de Largo Plazo.
También las noticias tienen una superestructura esquemática que consiste en cierto número de categorías convencionales, tales como sumarios, cabeza, acontecimientos, circunstancias, reacciones verbales y finalmente comentarios.
Estas categorías organizan la macroestructura temática del reportaje noticioso. Forman parte de la competencia profesional de los periodistas, y estos, explícita o implícitamente, organizan sus actividades de recolección de noticias de tal forma que obtengan o puedan fabricar información que se ajuste a estas categorías.
Van Dijk distingue diversas estrategias que se emplean en el reportaje: así ni las macroestructuras temáticas ni las superestructuras esquemáticas se realizan linealmente en forma continua. Al contrario, la estructura de este reportaje es discontinua y opera por “entregas” de las diversas categorías o niveles de información.
De cada categoría primero leemos la información más importante (nivel superior), luego, en una segunda ronda, la información menos prominente, y, finalmente, los detalles. La estrategia global de la estructuración del reportaje noticioso se basa en la importancia, cualquiera que sea la organización macroestructural o superestructural la información más importantes o interesante tenderá a aparecer en primer lugar.
Van Dijk advierte que esta estrategia es altamente subjetiva, obviamente porque qué es lo importante para cada periodista. Así pues también la estructura del reportaje de noticias y no únicamente su contenido puede influir en las formas en que a los lectores se les presente una estructura de los acontecimientos. Por ende, la estructura de la prensa por orden de importancia, señala las estructuras de importancia social y, al mismo tiempo, pueden legitimar con ello la reproducción de tales estructuras.
La naturaleza discursiva de los acontecimientos de noticias y de los textos de fuente acerca de tales acontecimientos implica que la práctica de hacer noticias es primordialmente de carácter discursivo, una forma de manejo de texto.
Así los encabezados, resúmenes, estructuras temáticas, pautas para la cita, estilo, operación retórica, descripción de actores, evaluaciones y muchas otras características de los reportajes contribuyen –a veces simultáneamente- a la reproducción del orden en la sociedad.
De aquí la importancia del profesional de la información, es él quien dará ese orden y claridad para informar al lector de la mejor manera, la prensa se hace en función de la sociedad en la que se mueve, los medios de comunicación son parte del proceso de socialización, pero también son socializados, así que en gran medida las exigencias de sus lectores determinarán cómo debe manejarse la información.
El riesgo de respetar en demasía las exigencias de los lectores es deformar la labor periodística por un afán de captar más lectores y publicidad, el compromiso de informar bien no debe ponerse en entredicho y si los géneros (como expresión del periodismo) tienen cambios deben ser propositivos, cuyos elementos primordiales no se pierdan, tal vez se acabó la época de los géneros puros, lo cual no indica que la mezcla o incorporación de nuevos elementos sea negativa.