La neurociencia nos ayuda a entender cómo opera nuestro cerebro para motivar ciertas acciones, los procesos neuronales son definitorios de todo lo que hacemos, así que estudiarlos e investigarlos nos ayuda a perfilar, distinguir, ubicar razones, motivaciones, trayectorias de procesos y comportamientos.
Por eso es que ha cobrado gran relevancia en áreas de la comunicación y el marketing, porque es fundamental conocer a la audiencia para conectar con ellos y hacerles llegar nuestro mensaje de la mejor forma para que lo entiendan y lo asimilen.
Me preguntaban sobre la relación de la conciencia del ser con el neuromarketing y me parece que están muy vinculados porque la conciencia también determina el estilo o personalidad de alguien, configura una entidad (si así lo podemos llamar) en el interior que por igual condicionará muchas decisiones.
¿Qué es la conciencia?
La conciencia es parte del individuo, quizá una manifestación del mismo, una facultad como la razón o la imaginación, pero no es algo aislado, no se conceptualiza como se hace con elementos como el alma o espíritu, debatible en cuanto a su existencia.
La conciencia está, es inherente al humano que sabe que es y está, eso lo lleva a generar interpretaciones, percepciones y representaciones, por eso bien se dice que cada cabeza es un mundo, porque no hay un “solo universo” sino millones porque cada persona tiene noción diferente de lo que es y donde está.
Los animales solamente tienen conciencia de estar, pero no del ser, por eso es que no se preguntan “qué diablos soy y cuál es mi sentido de ser”.
Suena un tanto filosófico, pero tratemos de resumir, la conciencia es INTERPRETACIÓN, por eso es como un filtro-traductor de todo lo que implica a un individuo.
El universo es una nada absoluta si no se le interpreta, la inexistencia es ausencia de interpretación. ¿El universo existe? Existe en cuanto que lo interpretamos.
Aspectos sobre el ser consciente
Sin embargo, la conciencia determina ‘todo’, y como el juego de materia-energía no es estática, la conciencia es móvil y mutable, junto con el individuo material va desenvolviéndose.
Esta imposibilidad no se rebasa, solamente que el filtro-traductor de la conciencia siempre está presente, entonces queda la sensación de que encontramos verdades absolutas, cuando sólo son interpretaciones de la existencia, realidad o el mundo.
Así como el hombre existe, nace, crece y muere, entonces ubicaríamos a la conciencia en el mismo ciclo, tendríamos al ser que nace/conciencia primera; ser infantil/conciencia inocente (devora datos); ser desarrollándose/conciencia cotidiana (interpreta y afirma); ser adulto/conciencia instrumental (conceptos definidos); ser decadente/conciencia que añora.
Tipos de conciencia
Es importante ver qué tipo de conciencia genera al SER porque ahí es donde toda nuestra historia, lo que hacemos, las manías y, por su puesto, comportamientos y hábitos de consumo, qué nos llama la atención, cómo queremos que nos hablan y con qué conectamos, todo es donde se mueve por la influencia de los elementos que integran al ser consciente.
Conciencia del yo
Es la primera conciencia, cuando el individuo despierta y dice soy y estoy. El hombre solamente dice existo porque tiene sentidos, pero no es capaz de fundamentar su existencia del todo, le faltan datos y comienza a interpretar.
Conciencia del yo frente a los demás
El ser se sabe rodeado de otros con condiciones similares a él. En esta etapa el hombre se explica a lo “demás” como parte de lo suyo, se cree perteneciente a ‘algo’ y su existencia se hace gremial. Soy y estoy con los demás, entonces soy los demás.
Conciencia del yo frente al mundo
Aquí el contacto es con la plataforma en la que se mueve el hombre, la naturaleza, su realidad material, el hombre se siente parte de algo superior, se siente diferente y especial, con una meta y sentido de vida. A su manera, se explica el ‘todo’, se dice soy y estoy en parte del universo, de un planeta, de un continente, un país, una ciudad, un hogar, etc.
Conciencia del yo frente a las circunstancias
Muy ligado al anterior, pero aquí no hablamos de las cosas, sino los sucesos, las leyes del sentido común, la irrefutabilidad de la lógica matemática, ciencia, la cultura, los esotérico y divino. Soy y estoy debido a un contexto.
Conciencia del yo frente al yo
Cuando la conciencia percibe el conflicto y en momentos dice soy los demás, pero me distingo porque solamente ‘yo’ soy o hago tal. Configuración de la personalidad, carácter y otros elementos del ser en nivel interior.
Conciencia del yo frente al pensamiento
La conciencia del hombre le dicta un mundo distinto a todo lo conocido que es el de las ideas, conforme a estas puede explicarse todo lo demás. Pone en duda o confirma lo que se le han dado como verdades; busca explicaciones, crea conceptos. Soy y estoy, pero antes pienso.
Conciencia de vivo
Con todo, se sabe vivo y se vislumbran las variadas formas que le ofrece la vida, que no es ‘su’ vida, sino la vida de todos. Vive y buscará sobrevivir en todo momento.
Conciencia pragmática
Todo lo demás puede ser muy elevado, interior y social, pero se da por hecho, entonces genera una conciencia cotidiana, más práctica y quizá más superficial, para vivir en lo que le corresponde, en lo social, con un rol, con una profesión, un trabajo, una familia.
Conciencia del yo frente al no ser
El hombre se sabe no sólo vulnerable sino propenso a la muerte. Digamos que todo lo que es dejará de ser. Todo lo anterior era vida y existencia, pero el hombre tiene noción de un devenir, de una caída, muerte o como se lo quiera explicar. Soy y estoy pero no seré y no estaré.
Conciencia del yo frente a la conciencia
Conciencia última o meta-conciencia. El hombre cobra conciencia de todo esto y se convierte en un individuo, con noción de que es y está sólo en el instante sin ningún sentido ni significado. Dice yo soy y estoy porque soy consciente de ello en este instante.
Neuromarketing para entender comportamientos
Ahora vemos la complejidad de la conciencia, esta tipología puede aumentar porque el individuo se va haciendo consciente de más y más aspectos, algunos triviales y otros muy profundos. Hay personas más conscientes que otras, hay personas con un sentido de conciencia más fuerte en un ámbito específico.
El neuromarketing visualiza cómo se comporta una persona después de que ha sido consciente de algo qué ideas, representaciones y acciones tendrá justamente por el tipo de conciencia del ser que un individuo tenga.
Para decirlo más fácil, depende de cómo un individuo interpreta su realidad es como se comportará, los intereses que tendrá y el perfil que mantendrá.
El neuromarketing detecta esos matices, esos rasgos y hábitos, los analiza, los dota de una personalidad y genera una comunicación que realmente conecte con ese perfil tan profundo y complicado que es cada ser.
Tener conciencia de algo produce una serie de interpretaciones individuales, por las propias características de la conciencia como filtro-traductor lo que tiene contacto no es la realidad, ni los demás ni las circunstancias en sí, sino las interpretaciones que esta hace de ellos.
Tener conciencia implica un conflicto, la manera como se sorteen esos conflictos dará un perfil del individuo, por eso vemos a quien les llega primero la conciencia de yo frente al yo y siempre anda buscando identidad; quien tiene conciencia de su entorno y refleja una marcada concepción de la naturaleza; algunos más en el mundo de las ideas, etc.
¿A qué tipo de ser consciente quieres llegar? Entender cómo interpreta el mundo te ayudará a conectar con él.