La necesidad de captar más clientes ha llevado, a través del tiempo, a que el ingenio humano encuentre diversas formas para tratar de ampliar su audiencia y multiplicar los impactos en la sociedad. Esto con el fin de ponerse en el foco de las personas, que sean más quienes los ubiquen y adquieran sus productos o servicios.
Al final, lo que busca toda empresa, marca o persona es colocar lo que “ofrece” en el mayor número de personas; no hay más, toda estrategia, técnica, fórmula, recurso, herramienta, girará alrededor de ese GRAN objetivo principal.
Gracias a este interés inherente en lo “humano” es que la publicidad ha evolucionado cada día, cada año y cada década. Es obvio que ayer o hace 20 años la manera de difundir un mensaje no es lo mismo.
Sin embargo, la esencia se mantiene, queremos emitir “algo”, un mensaje hacia “alguien” y mientras más preciso sea esa persona a la que queremos llegar, más fácil será la forma de comunicarnos.
A esto se resume la publicidad, pero no por ello lo tenemos que minimizar. Todo el tiempo estamos comunicando, como personas, como empresa, como marca, lo que hagamos es comunicación pura que arroja datos e información hacia otros.
Si dejamos a la deriva el mensaje que queremos ofrecer a los demás corremos el riesgo de perder el control, que haya signos no esperados e información que se malinterprete.
Cuando amaneciste, elegiste qué ponerte por algo, tomaste la decisión de seguir con tu mismo peinado o cambiarlo, si es fin de semana quizá sabes que harás otras cosas que entre semana no haces, entonces requieres otra vestimenta, otro peinado, otro aroma, otra actitud. Eso comunica.
Como empresa sucede igual, qué dice el edificio o el despacho donde te ubicas, de qué color has pintado las paredes, cómo has organizado a tus colaboradores, qué tipo de accesorios tienes. Todo comunica algo sobre tu negocio.
Comunicar no depende del todo de nosotros, depende de la percepción de los demás, pero cuando quieres contar con una marca personal, posees una empresa o quieres impulsar una marca comercial debes COMUNICAR con estrategia.
Será necesario orientar un mensaje hacia el público justo que debe recibir tu comunicación. Entonces todo lo que hacemos debe haber sido analizado, planeado y ejecutado con un fin.
Cuando tomas la decisión de comunicar estratégicamente, el siguiente paso es tener claro lo que buscas con esa comunicación. Sin importar si eres una marca personal, empresa, marca comercial (producto-servicio), institución, etcétera, lo que quieres es generar una audiencia que entienda lo que expresas y ahí entramos en los terrenos de CONECTAR.
Para conectar con los demás debes tener claro a quién le hablaras, cuál es tu audiencia, público o usuario, una comunicación no es totalizadora, mientras más las personalices más eficiente será.
Cuando defines tu audiencia, quienes la forman deben saber que los conoces, que los comprendes, que usas su lenguaje y tienes claros sus intereses. No podemos arrojar un mensaje al GENERAL, al aire, para ver quién lo recibe, es lo que los medios grandes de comunicación hicieron, a veces le atinan, en otras ocasiones son irrisorios.
Con la tecnología actual, con el boom de lo digital, conectar es una cuestión de personalización y de hablarle específicamente al segmento, público o audiencia que está preparada para recibir tu mensaje. No cambiarás vidas si no conectas y lo que quiere tu marca es cambiar en algo la vida de los demás.
Siempre piénsalo en función de ti mismo, qué es lo que más te impulsa en una comunicación, qué te hace interactuar, qué te mueve, seguro es aquello con lo cual te identificas, quien habla como tú, quién sabe por lo que estás pasando y te lanza una solución.
No basta con orientar tu comunicación, con cuidar el mensaje que das y alinear las acciones de tu empresa o marca alrededor de esa comunicación, tienes que conectar, es la manera como podrás trascender.
Hay productos o servicios excelentes que han pasado desapercibidos, que han muerto sin saber lo que podían darle a la gente. ¿Alguna vez has tenido una gran idea y después ves que alguien más ya ejecutó esa misma idea, pero él ya está generando mucho con esa idea?
No es casualidad, quien ha tenido éxito ha logrado enfocar su comunicación y conectar, pero después de ese camino que parece lo más difícil lo que sigue es CONTACTAR. Comunicaste algo, generaste una audiencia que encontró positiva esa comunicación como para conectar contigo, ahora ya puedes llevar a la acción a esas personas con las que has conectado.
Muchas veces pensamos que lo más fácil es comunicar y lo que más cuesta es el contactar, pero es una idea fuera de perspectiva porque no estamos pensando en el puente, es decir, en conectar.
Si te la pasas comunicando sin estrategia y de momento quieres vender algo, al que le llames o le mandes un mail seguro no te tomará tanto en cuenta; si nunca le has ofrecido una comunicación y le llamas ni siquiera te prestará atención.
Sin embargo, cuando comunicas con un objetivo, cuando conoces al que quieres atraer, cuando ya conectaste con él y tienes algo de su atención; al contactarlo seguro le interesará lo que tienes que decirle e inclusive antes de que tú lo contactes será él quien lo hará porque ya vio en ti una solución.
Contactar es hablar directamente y ofrecerle algo, ahora sí es el tiempo de “vender”, muchas veces queremos vender desde la primera vez, desde el primer contacto, no funciona así. Piénsalo contigo mismo, si alguien te llama y te dice “te vendo esto” por más que sea el mejor producto seguro lo evades.
Pero todo cambia si alguien te habla con un lenguaje con el que te sientes identificado, te habla de problemas que estás viviendo, te da consejos, y tú lo sigues porque te ha ofrecido un contenido de valor, al final es probable que quieras preguntarle algo a esa persona para apoyo de tu empresa o marca.
Si no te busca es probable que cuando tú le digas “ya te mostré esto, ya te hablé y te expliqué, ahora te ofrezco, solo si lo necesitas, esta solución”. Ahí es diferente, tu audiencia tiene cierto vínculo contigo y pensará que llega justo lo que estaba necesitando.
Contactar es llevar a la audiencia a una acción, básicamente la contactas para ofrecer un producto o servicio, pero la acción que debe tomar no solo es una compra, hay que hacerle saber el fondo, es decir, te ofrezco que vendas más, que te capacites, que te unas o afilies, que dejes una situación, que tomes otro camino, etcétera.
Ya comunicaste, conectaste y contactaste, seguro te escucharán, tendrás su atención y probablemente los muevas a la acción. De ahí la importancia de la fórmula: comunicar-conectar-contactar, así funcionamos los humanos, no solo con la primera, ni con lo segundo o con lo último.