Un principio de publicidad que imperó hace varios años era AIDA, siglas que hacen referencia a estos conceptos: Atención, Interés, Deseo y Acción. Aunque después dejó de ser objeto de estudios o conceptualizaciones siguió operando, por lo que sigue vigente y siempre es bueno tenerlo en cuenta en esta actividad, así como en muchas otras profesiones y sucesos de la vida cotidiana.
AIDA prácticamente acompaña las etapas del customer journey, es decir, identificar, investigar, decidir y valorar (también podemos verlos como concientización, descubrimiento, aprendizaje, elección y adquisición). Así que todo material, mensaje o contenido que se realice para una marca deberá pensarse en función del recorrido del cliente y que cumplan con este principio.
Llama la atención de tu audiencia
Siempre hay que llamar la atención, pero eso no se hace gritando, sino haciéndose presente, hay que saber levantar la mano para decir “aquí estoy”, y esto se hace con contenido de valor, materiales que conecten con la audiencia (a la cual debes conocer y esto se logra cuando tienes bien definido tu buyer persona).
El cliente en la primera etapa del recorrido identifica que tiene un problema, una necesidad o un dolor, por lo que debemos atraer su ATENCIÓN justo tocando el punto en el que le duele.
Mantén el interés en lo que haces
En la siguiente fase, investiga opciones para solucionar su problema; cuando te han logrado ver necesitas mantener su INTERÉS, y lo logras con materiales constantes, hablándole en el tono que él usa, con información que entienda, que requiere, brindando soluciones y valores agregados.
Tu comunicación se orientará a decirle a esa persona que tiene un problema cuáles es el origen de ese dolor, otros casos como el de él, le harás saber que entiendes a fondo sus síntomas y cómo los han aliviado otros casos similares. Sin vender estás poniendo al descubierto tu expertise, hablas de tu marca, de tu empresa, lo que haces, enfocando todo hacia ser la solución.
Haz que necesiten a tu marca
Ese interés que has logrado se debe transformar en DESEO, lo cual corresponde con la etapa de decisión, porque el cliente ya sabe que ahí estás y existes (captaste su atención), ya investigó y se interesó en ti, ahora sabe que necesita algo de ti.
Es tiempo de hablar de los beneficios de tu marca, que vean el dominio del tema, tu autoridad, y ese porqué eres el mejor entre un mundo de opciones.
Detona la compra y crea embajadores
Cuando tiene el deseo y te necesita, ya ha realizado una decisión, entonces puedes pasar a la ACCIÓN, lograr que convierta y adquiera tu producto o servicio.
Pero aquí no termina el recorrido del cliente, cuando ya ha comprado valorará toda su experiencia y tu objetivo es llevarlo a ser un embajador de marca, que te recomiende, que te vuelva a comprar, por lo que también desarrollarás materiales y esfuerzos en los que imperará el principio AIDA.
Como verás, toda estrategia de marketing, publicidad, comunicación, de relaciones públicas, ventas, necesita del principio AIDA en una forma integral y general. Pero también hay que pensar que todo material comunicativo en sí mismo conjuga esta metodología, en lo particular y específico lo implica, por ejemplo un anuncio de remarketing, un arte para redes sociales, tu página web, una landing, un mail, un artículo, un newsletter, etcétera, todo por sí solo debe llamar la atención, generar interés, propiciar el deseo y llevar a la acción.