Desde el 2014 se destinó como el Día del Emoji al 17 de julio y, aunque no es una celebración oficial, se ha popularizado mucho y no es para menos si son componentes que utilizamos todos los días, que son parte de nuestra vida.
Tan solo en Facebook diariamente se utilizan 60 millones de emojis y en Messenger otros 5 mil millones, de igual forma por WhatsApp se mandan más de 65 mil millones de mensajes y cada uno de estos puede tener entre 1 y 10 emojis.
La función de estos traspasa el hecho de mostrar un gráfico, sino que es un proceso neurológico profundo que necesitamos para tener una comunicación más clara y efectiva. Asimismo, hay una necesidad de humanizar los mensajes virtuales que por más que sean directos se vuelven fríos en el mundo digital.
Expresiones para un mensaje efectivo
De aquí el triunfo de los emojis y sus antecesores emoticones. El avance tecnológico, sobre todo en cuestiones de la red y de la telefonía, aceleró una comunicación instantánea, a distancia, multiplicada en diversas plataformas, con lo cual pesa más ahora el universo “virtual” que el físico.
Sin embargo, la comunicación es humana y somos una especie social que requiere leer expresiones más allá de lo literal de una frase, buscamos la aprobación en gestos, detectamos si hay sarcasmo, si alguien está enfadado o muy enojado, si está guardando un secreto, si miente, etc.
Esto lo logramos en nuestra comunicación cotidiana física de persona a persona, está en nuestra naturaleza humana y así se está acostumbrado nuestro cerebro, pero si le quitas esa posibilidad su capacidad para descifrar esos detalles comunicacionales se pierde, las personas se van limitando en sus mensajes.
Comunica con sentido
Justo aquí embonan los emojis, entraron ad hoc para que la gente pudiera expresar algo más allá de las palabras, complementar lo dicho, darle otro sentido, hacer un juego expresivo, ver una emoción. Es decir, humanizar la comunicación para que el cerebro descifre mejor lo que se está diciendo.
Haz la prueba, si mandas una frase, pero si un emoji queda tan frío que puede incluso malinterpretarse, el interlocutor no sabe si es ironía, si estás enojado, si era un chiste. Un emoji lo cambia todo, le da sentido.
Por eso los más usados son las caras y manos porque expresan emociones, actitudes, comportamientos, que logran universalidad en la comunicación.
Antecedentes de los emojis
Emoji es una expresión que deriva de “e”: imagen, y “moji”: carácter. Como tal surgieron en el 2008, pero sus antecedentes van de años más atrás con los emoticones que se lanzaron en Japón.
Los emoticones vienen de un neologismo que suma emoción e icono que se originaron en 1999, aunque desde 1982 se dio el primer símbolo de una carita, ya que antes se hacían con letras y símbolos ortográficos en un teclado como comas, paréntesis o puntos. Estos fueron evolucionando hasta tomar formas más profundas con diseños más llamativos.
Y esta necesidad ha llevado a evolucionar a Emojis, figuras animadas (GIF), stickers, stickers animados y hasta pequeños clips de videos que expresan más de eso que la gente quiere decir, responder e interactuar en las plataformas digitales.
Hasta como indicadores en campañas
Los primeros emojis (emoticones) llenaban una selecta lista de apenas 176 iconos de diferentes tipos, pero en dos décadas ya son más de 3,000, en diferentes categorías como caras, manos, objetos, animales, banderas, símbolos, etc.
Los emojis llegaron al sistema Android en 2013 y en iPhone en iOS 5, cada año se suman más, se hacen modificaciones, se mejoran, se van adaptando los diseños, aunque muchos casi ni se usan, pero al final son parte de cada día en nosotros.
Igual se usan en la vida personal, en grupos, en lo laboral y hasta como indicadores en campañas de marketing porque nada más útil para calificar alguna acción que un emoji y nada más universal que las expresiones. Incluso en marketing los mensajes se acompañan de emojis porque son un elemento que ayuda a impulsar un llamado a la acción como leer el mensaje, abrir un mail, llenar un formulario, interactuar en las redes sociales, etc.