En la nueva normalidad se van activando paulatinamente algunos sectores, pero si hay un aspecto que tardará y realmente no recuperará su esencia de ser (por lo menos en un largo plazo) son las actividades que impliquen aglomeración de personas.

Todo evento grupal o masivo estará prohibido aunque se tomen las medidas sanitarias. Esto ha llevado a un proceso de adaptación y muchas de nuestras actividades se están trasladando con éxito a la interacción online, tal es el caso de los templos digitales.

Este concepto realmente se ha originado mucho antes de la pandemia, pero con la contingencia ha empezado a tomar fuerza. Quizá actualmente no se escucha tanto, pero ya hay esfuerzos al respecto, para brindar una alternativa virtual en la que los seguidores de una religión o de un culto puedan estar en contacto para  llevar a cabo sus reuniones y rituales.

Un templo digital es más profundo en su objetivo, ya que puede congregar diferentes religiones, credos o filosofías, brindando un espacio en la red para que cada segmento pueda reunirse entre sí. Siendo una opción también para aquellos interesados en buscar opciones para nutrir la mente y el espíritu, las cuales encuentran en un mismo lugar, donde pueden comparar, informarse y ser parte.

Justo eso es un templo digital, un espacio donde pueden interactuar los guías con sus seguidores o feligreses, donde se pueden llevar a cabo las dinámicas y rituales; donde la comunidad interactúa y convive, donde pueden ver y disfrutar de materiales que orientan sus creencias y alimenten su fe.

Cómo funciona un templo virtual

El formato para un espacio de este tipo es versátil, puede depender si se enfoca a una sola religión o si reúne diversos credos, lo importante es que hay tres elementos fundamentales que lo integran: los guías, la comunidad y el conocimiento.

GUÍAS

Uno o varios orientadores, líderes de una comunidad o de un credo, quienes difunden su mensaje.

COMUNIDAD

El grupo que sigue un credo o religión, que participa en sus rituales y escucha el mensaje de los guías.

CONOCIMIENTO

Toda religión, filosofía, credo, tiene un cúmulo de conocimiento con el que se le dan bases sólidas y que son esenciales para la interacción entre los guías y la comunidad. 

Un templo digital mantiene ese formato y permite el intercambio de ideas, la convivencia y todo tipo de dinámicas a través de la transmisión del mensaje, de la difusión del conocimiento en su plataforma, de la conexión para las reuniones entre todos los que quieren pertenecer a esa religión en particular.

Ese espacio digital brinda la seguridad para los accesos, datos y materiales que se manejan para un credo. Puede ser abierto a que cualquier persona se integre o establecer un registro para quien quiera unirse.

Razones para ser parte

En el contexto actual, por seguridad y para cumplir con las medidas sanitarias; para mantenerse en esa interacción tan necesaria para nutrir el espíritu, la mente y el ser completo.

Además este tipo de espacios digitales van a tener un boom hasta convertirse en el formato más usado, así que es bueno estar inmerso en estos para aprovechar los beneficios que brinda.