Vital el tomar el toro por los cuernos en la nueva normalidad

La nueva normalidad no implica la reactivación de todo, porque no se recuperará el ritmo, ni el volumen ni las interacciones que se tenían antes. Los efectos de esta crisis permanecerán y las modificaciones en todos los ámbitos de la vida seguirán.

Mientras más rápida sea la capacidad de respuesta y se logren replantear las estrategias, más fácil se adaptará una empresa para mitigar los impactos en contra. Se requieren alternativas y desarrollar nuevos modelos de negocio, así como planes a corto plazo e incentivar un liderazgo que fortalezca a la organización.

La toma de decisiones rápida, analizada, informada y equilibrada en situaciones de presión para una empresa representa más del 60% de éxito en los planes y acciones. De aquí la importancia de un líder con carácter, pero que tenga los datos suficientes para tomar el mejor rumbo para el negocio.

Aprovechar la crisis para invertir

La alta competencia ha disminuido el promedio de vida corporativa, de acuerdo con datos de Standard & Poor’s en 1958 era de 61 años, para 1980 se redujo a 25 años y en 2011 de 18 años. Por lo que la digitalización será un factor que ejercerá una gran presión para que las empresas que no tomen este camino desaparezcan. 

Ejercer acciones de transición a un modelo de negocio digital es fundamental en la era pos-Covid para ser competitivos y rentables. Por eso la velocidad con que se haga esto nos dará un mayor margen de acción. 

Las empresas de todos los tamaños deben entender que un contexto de crisis es el momento ideal para renovarse, el temor es el principal factor a vencer porque eso puede llevar a una empresa a la inacción. 

Los esquemas tradicionales están agotando su permanencia, así que hay que voltear hacia los diferentes entornos digitales para hacer una transición hacia estas esferas, donde se está dando la competencia actual.  

Impulsar una cultura digital

Para esta crisis y cualquier otra contingencia, la adaptación como mecanismo de negocios debería ser parte de una cultura digital, porque después de un proceso de transición de los modelos tradicionales hacia los entornos digitales, habrá siempre una actualización o algo nuevo que deberá ser asimilado por cada área y cada uno de los colaboradores en una organización.

Nuevos modelos de negocio o esquemas de trabajo llevarán necesariamente a que los trabajadores tengan una gran capacidad de adaptarse, mientras la empresa deberá tener los protocolos para agilizar esa adaptación.

Una cultura digital se va construyendo conforme se da la transformación digital en una empresa, pero es mejor tener parámetros que no pueden faltar para que todos en la organización estén conscientes del rumbo que se está tomando en estos entornos.

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